"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo".
Oscar Wilde

jueves, 3 de abril de 2014

Símil de recuerdos


Símil de recuerdos
La cálida mirada que lo acogió parecía brillar más que el propio sol, arrancando de sus labios una tímida sonrisa. Dos seres opuestos y encontrados en las más desiertas orillas de lo desconocido. El castillo de arena, al igual que ellos mismos, parecía relucir bajo los penetrantes rayos de luz, coronando la tranquila orilla, apenas perfilada por unas suaves olas.
Tomó su mano, sintiéndose segura y, al mismo tiempo, vulnerable. Sus dedos se entrelazaron casi por instinto. Llamado por el océano de su mirada, emergió hasta las profundidades de su alma. Con un penetrante silencio, la marea comenzó a ascender, adentrándose cada vez más en la tierra, lamiendo los alrededores de la sólida fortaleza.
El rugido del mar contra las afiladas rocas quedó sellado bajo la pasión de sus labios. La avidez de sus cuerpos se teñía entre los silbidos de la abrasadora brisa. Gloriosa, la estructura sobre la orilla se alzaba desafiante ante las cautas olas que la enfrentaban. Por un instante, creyó ser metal cuando sólo fue arena.
Los gritos quedaron difusos entre las corrientes frías de la decepción. Ausente de calidez y delicadeza, intentó agarrar su muñeca, pero ella retrocedió inflexible sobre la arena. Sin previo aviso, la desgarradora fuerza de las olas comenzó a moldear con braveza la estructura del castillo, diluyendo sus muros de arenisca con amargo salitre.
Silencio. El sonido de las gaviotas recordaba lo que una vez fueron sus voces, jurando palabras de amor y futuro bajo la imperante mirada de la marea y sus infinitos confines. Subió una cruel ola hacia la arena blanca de la playa, borrando el último rastro de sus huellas, sumiéndolos en el olvido de cuantos quedaron sepultados bajo ella.


Luis Antón.

1 comentario:

  1. "Si doy un paso más, será lo más lejos que he estado de mi casa en mi vida"- Samsagaz Gamyi

    ResponderEliminar