Se trata de una pequeña metáfora basada en un mundo fantástico para explicar problemas del siglo XXI (por suerte o por desgracia). Creo que es una idea bastante sencilla y directa y no habrá problemas de compresión, pero, si los hubiese, no dudaré en responder cualquier tipo de comentario.
Miró atrás. El humo se extendía más allá de las montañas, empañando el cielo con su enferma tonalidad grisácea. El fuego destruía todo a su paso, pero no quemaba los vivos recuerdos de aquella horrible guerra que surcó cielos y mares.
Cerró los ojos con fuerza. Nunca la habían escuchado, ni
si quiera cuando aún estaban a tiempo de evitar el desastre. Agarrando con
fuerza al pequeño dragón, Razón comenzó a caminar. Entre sus brazos, Verdad
aleteaba nervioso. Había visto cómo los humanos utilizaban a sus hermanos para
atacarse unos a otros, devastando ciudades con sus feroces llamas. Razón estaba
demasiado cansada para continuar la batalla.
En un solemne silencio,
Razón y Verdad se adentraron entre las frías marismas, camino del mar,
alejándose de la cruda realidad donde ya nada podían hacer.
Luis
Antón
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